Aterrizamos a primera hora de la tarde en el aeropuerto de San Francisco y sin más demora, cogemos el coche que hemos alquilado para movernos las siguientes semanas por la Costa Oeste de los Estados Unidos.
    El estado de California nos recibe con fuertes aguaceros, que se convierten en nieve a medida que ganamos altura en un intento de visitar en primer lugar el parque nacional de Sequoia. Agachamos la orejas y decidimos cruzar Sierra Nevada de California, la cual se encargará de frenar los frentes procedentes del Pacífico, garantizándonos cielos azules para el resto del viaje.


Joshua Tree National Park.

    Tras el fallido intento de Sequoia, decidimos acercarnos a visitar el parque nacional de los árboles de Joshua. Y aunque éstos árboles son el principal atractivo del parque, curiosas formaciones de roca dan un añadido interés al lugar.





Ruta 66.

    Abandonamos Joshua Nac. Park. y nos dirigimos hacia el Gran Cañón del Colorado, pero de camino hacemos unas cuantas paradas a lo largo de la ruta 66. Esta antigua carretera que cruzaba todo el país ha sido engullida en gran parte por inmensas autopistas, quedando tan sólo unos pocos kilómetros originales de la antigua ruta. Las poblaciones de Oatman, Kingman, Seligman, Williams... atesoran algunos vestigios de los que debió ser algún día esta vía de comunicación.





El Gran Cañón del Colorado.

    Desde Williams nos dirigimos hacia el Norte para visitar uno de los platos fuertes del viaje. Y enseguida nos damos cuanta que no somos los únicos. Centenares de turistas se asoman a los numerosos miradores que ofrece la zona Sur del gran surco excavado durante varios millones de años por el río Colorado.


    Pero buscando un poco más de tranquilidad, el segundo día en el parque, decidimos descender por un vertiginoso sendero que se dirige hacia la ribera del río.



    La mayoría de la gente hace el recorrido a pie, pero existe la posibilidad de remontar el fatigoso ascenso a lomos de mulos.




Horseshoe Bend.

    De camino a la población de Page, hacemos una breve parada para asomarnos de nuevo a contemplar la caprichosa forma de herradura que ha esculpido el río Colorado.



Antelope Canyon.

    Pero la población de Page alberga en sus alrededores uno de los lugares más bellos que hemos visto nunca. Los indios Navajos gestionan la visita a este cañón y guían por el interior de esta sinuosa "grieta" a los centenares de turistas que nos acercamos a visitarlo.
   



    Y aunque el precio de la entrada sea abusivo, el espectáculo que ofrece las distintas formaciones y la variada gama de colores, hace que nos olvidemos rápidamente de los dólares que hemos pagado por verlo.



Monument Valley.

    Otro parque de gestión privada y administrada por los indios Navajos es el famosos parque de Monument Valley. 


    A "lomos" de nuestro vehículo recorremos el lugar donde se rodaron innumerables Wésterns.




Bears Ears National Monument.

    Muy cerca de Monument Valley se encuentra este pequeño parque de entrada gratuita y que de la misma forma que el anterior, permite conducir vigilados por extrañas formaciones.




Canyonlands National Park.    The Needles.

    Cerca de la población de Moab (centro neurálgico de actividades de aventura de la región), se encuentra el Parque Nacional de Canyonlands. Éste se divide en tres zonas: Island in the Sky; The Needles y The Maze. 
    Nos decantamos por la segunda opción de camino a Moab. Y de todas las posibilidades que ofrece el parque para caminar elegimos Chesler park loop, que recorre las entrañas del parque disfrutando de una enorme variedad de paisajes. 






    En los alrededores de Needles, se encuentra Indian Creek, una zona de escalada famosa por sus fisuras. 




Arches National Park.

    Tras una breve parada en Moab, donde aprovechamos para repostar y hacer compras, nos dirigimos ahora a otro de los parque más visitados del país. Éste requiere reservar día y hora para la entrada, pero en la época en la que lo visitamos (abril) no tenemos problema en reservar con un par de días de antelación.



    Decenas de arcos naturales se extienden por todo el parque, algunos de ellos a escasos metros de las zonas establecidas para aparcar, congregando en estas espectaculares formaciones a centenares de visitantes. 









Dead Horse Point.

    A escasos kilómetros de Moab y de camino a Island in the Sky se encuentra este pequeño parque estatal, en el que aprovechamos las primeras luces del día para disfrutar del paisaje y el pausado transcurrir del río Colorado por él.



Canyonlands National Park.   Island In The Sky.

    Después de una breve visita a Dead Horse Point, nos encaminamos a la parte más visitada del parque nacional de Canyolands.


    Varias caminatas conducen a diferentes miradores desde donde disfrutar de paisajes muy variopintos, así como el lugar donde confluyen las aguas del río Colorado y el Verde.





Capitol Reef National Park.

    Abandonamos Moab, punto más oriental de nuestra ruta y ponemos rumbo hacia el pacífico, pero de camino visitaremos varios atractivos naturales como el pequeño parque nacional de Capitol Reef.
    

    Caminaremos por una horas a la sombra de los enormes farallones que conforman profundos cañones.



    Avistamos también algunos animales salvajes que habitan en el parque.






Bryce Canyon National Park.

    Arribamos al parque nacional de Bryce con las primeras luces del amanecer. Los tonos colorados del terreno contrastan con la nieve que todavía permanece en las laderas menos expuestas al sol. Durante horas recorremos el laberinto de caminos que surcan las entrañas de este increíble parque.










White Domes.

    Nuestra intención después de la visita a Bryce era conocer el parque nacional Zion, pero la méteo anuncia la entrada de un frente, por lo que cambiamos de plan y nos acercamos a conocer la zona de los White Domes. 
    Quizás por no tener grandes expectativas, o por recorrer la zona en soledad, la visita a este área será una de las que mejor recuerdos nos deje del viaje.


    Un estrecho cañón nos da la bienvenida y dejaremos el fondo de éste, para ascender por un sinuoso y divertido sendero hasta la parte alta del valle.



    Una vez arriba, sólo nos restará caminar y disfrutar de las caprichosas formaciones que el viento y el paso del tiempo han creado.




    Y entre todas estas formaciones, la ola blanca destaca como la reina del lugar.



Zion National Park.

    Después de disfrutar en soledad la zona de White Domes, nos dirigimos a otro de los parque más visitados de Estados Unidos. Pero el precio a pagar será, la horda de visitantes que se congregan en los principales senderos que recorren el parque, haciendo que esta preciosa zona pierda algo de encanto.







Valley of Fire.

    Abandonamos el estado de Utah y entramos en Nevada con intención de visitar la ciudad de Las Vegas. Pero de camino, hacemos un alto para recorrer el parque estatal del Valle de Fuego.


    
    Caminaremos por unas horas por estrechos callejones, a lomos de olas petrificada de caprichosos colores, arcos de roca o simplemente disfrutando de su fauna salvaje. Y aunque todo ello conforme una agradable visita, el yermo paisaje y las altas temperaturas que soporta la zona durante el año, nos hace difícil imaginar que el lugar estuviera habitado hace tres mil años.








Las Vegas.

    Después de un par de semanas rodeados de naturaleza y "saturados" de tanta belleza, arribamos a Las Vegas, conocida como capital del pecado y sita en mitad del desierto de Mojave.




    Empleamos un par de jornadas para conocer este parque de atracciones que conforman los hoteles temáticos de la ciudad y sus grandes casinos.



    Pero algo que nos sorprende, es la veneración del azúcar con enormes galerías y sus irresistibles expositores, donde resulta fácil sucumbir a sus encantos con las consabidas consecuencias. Por algo Estados Unidos ocupa el primer lugar en el ranking de población con obesidad del planeta.



Death Valley National Park.

    En principio, las referencias que teníamos sobre el conocido Valle de la muerte, no nos atraía en exceso, pero atravesarlo nos pilla de camino de vuelta hacia California, por lo que de forma involuntaria o no, nos adentramos en este basto y hostil territorio.



    Pero para nuestra sorpresa, las recientes lluvias del principio de primavera han dejado un sorprendente paisaje salpicado de miles de flores, que atraen como si se tratara de insectos, a numerosos lugareños a contemplar tan inhabitual escena.


    Y para nuestra fortuna, el salar situado en la zona de menor altitud del parque ( 86 metros por debajo del nivel del mar), se encuentra ahora con un palmo de agua, formando un perfecto espejo donde se reflejan las montañas nevadas de los alrededores.




Sequoia National Park.

    De nuevo en el estado de California, hacemos otro intento para visitar el afamado parque con sus legendarios árboles. 
    

    Decenas de turistas hacen fila con intención de fotografiarse con los árboles más emblemáticos del parque. Pero éste ofrece una red de senderos por los que perderse y contemplar en soledad a sus  gigantescos moradores.




    Todavía queda la nieve que semanas antes nos impidió la visita a Sequoia Nac. Park.






Yosemite National Park.

    Si hay un parque que destaca entre todas las áreas protegidas que ofrece el país, éste es el archiconocido Yosemite. Y es que solamente la cautivadora imagen que ofrece la entrada al parque resulta cautivadora.




  
Pero un grave error que cometen muchos turistas, es centrar la visita al parque a un corto paseo por el fondo del valle. Yosemite ofrece numerosos senderos donde adentrarse a este espectacular parque. Dedicamos tres jornadas para conocer la zona, pero desafortunadamente para nosotros, alguno de los más conocidos senderos están cerrados por la nieve, impidiéndonos completar alguna ruta circular que teníamos en mente.
    Aún así, Yosemite se convierte en uno de los platos fuertes del viaje e inmejorable despedida de los parque nacionales de EEUU.
    








San Francisco.

    Nos despedimos de Yosemite y finalmente ponemos rumbo a la ciudad de San Francisco.






    Durante un par de días nos dedicaremos a caminar por sus empinadas calles y acercarnos a los lugares más emblemáticos de la ciudad, que convertirán San Francisco y su bahía en el punto y final de nuestro viaje por la Costa Oeste de los Estados Unidos.



Datos de interés:

- Cuando empezamos a configurar el viaje, encontramos en la red una completísima y elaborada página donde acceder a toda la información necesaria para moverse por la zona que pretendíamos visitar. La página en cuestión es: https://viajecostaoeste.com/ donde Delfi Sánchez ofrece información detallada y actualizada de la región. Por lo que obviaremos repetirnos y os remitimos a su página para planificar un viaje a la Costa Oeste.
- A diferencia de Delfi, nosotros recorrimos la zona con un vehículo alquilado (tipo monovolumen), con una equipación básica para dormir y acampar (pequeña cocina, mesa y sillas de camping, etc...)  No encontramos inconveniente en pernoctar dentro o alrededor de los parque y áreas que visitamos.  
- En el mes de abril no encontramos demasiada confluencia de visitantes, a excepción de El Gran Cañón, Atches, Zion o Yosemite. De todas formas, la multitud se concentra en los principales miradores o atractivos de los parque, permitiéndote cierta  tranquilidad alejándote y caminando por los cientos de senderos que ofrecen estos parque.
- También abril nos parece un mes recomendable para visitar la región en cuanto al clima. Aún así, tuvimos temperaturas bajo cero (- 8º C en el Gran Cañón) y calor ( 38º C) en el Valle de la Muerte. Gozamos de temperaturas muy agradables en los parques de los alrededores de Page y Moab.
- Durante el viaje, recorrimos los estados de California, Arizona, Utah y Nevada
- Por último, agradecer la información que nos proporcionaron antes de volar Aitortxiki y Delfi la cual resultó de gran ayuda a la hora de configurar el viaje.